A estas alturas ya no es ningún secreto que la saga de JK Rowling ha sido un gran éxito, ya sea sobre el papel, en la gran pantalla o fuera de ella. Surgió un nuevo movimiento de masas en relación al protagonista de sus relatos, Harry Potter, generando un fenómeno fan digno de cualquier cantante o actor. Pero, ¿A que es debido este enorme éxito? En este artículo te desvelamos los secretos que causaron el éxito de las películas de Harry Potter:
1- Personajes muy humanos y realistas
A pesar de tratarse de novelas de fantasía los personajes, incluido Harry Potter, son personas normales (todo lo normal que puede ser un personaje mágico), que cometen errores, se equivocan, aprenden, flaquean al fallar y se alegran en las victorias. Tanto el protagonista como los villanos de la saga muestran sus debilidades en más de una ocasión.
2- Narración en tercera persona
Al emplear esta técnica, el lector se involucra en la aventura del personaje, vive cada uno de los episodios al mismo tiempo que los conoce el protagonista. Además, este estilo permite dibujar un perfil del héroe tradicional con un toque de humanidad, que lo hace muy cercano al lector y que permite que aquella persona que esta tras el papel se identifique al completo con el protagonista.
3- Lenguaje descriptivo, trama y ritmo
La autora dotaba de numerosos detalles sus novelas, pero a la vez de un lenguaje sencillo y fácil de entender para el público juvenil. Siempre he pensado que en el fondo había cierta similitud con las descripciones detalladas de Tolkien, pero a un nivel adaptado para niños, más simple y con menos florituras. Por otro lado, la forma de estructurar la trama y el ritmo hacen que en cada capítulo quieras saber más, porque al final del libro siempre se revelan los misterios que han ido aconteciendo a lo largo de la historia.
4- Crecimiento de los personajes
A lo largo de los relatos los personajes no son estáticos. Evolucionan, crecen, maduran, cambian, nos sorprenden… Incluso sus problemas en un inicio son los clásicos de un niño y evolucionan a los de un joven adulto. Al final de la saga, Harry y su séquito acaban afrontando temas como la muerte o la traición. Muchos de nosotros crecimos a la vez que lo hizo Harry y aprendimos a hacerle frente a la vida de su mano.
5- Referencias a la cultura popular
A lo largo de las numerosas aventuras que vive el joven mago se plasma, en muchísimas ocasiones, un simbolismo propio de la cultura popular. Se hacen frecuentes alusiones a leyendas y mitos por todos conocidos. Si analizamos las criaturas fantásticas, por ejemplo el perro de 3 cabezas, podemos observar que están inspiradas en la mitología de la Grecia clásica.
6- Valores para niños y no tan niños
Las situaciones que atraviesan los principales protagonistas ensalzan valores de los que todos aprendemos en nuestra infancia: Amistad, valentía, lealtad, coraje, confianza, reflexión, respeto… Estas obras se convierten así en una buena base educativa para padres y profesores que incentivan su lectura entre los pequeños lectores.
7- Novelas con fecha final
Desde el principio de los tiempos los lectores sabían que la saga tenía un final. Constaba de siete libros, ni uno más ni uno menos, uno por cada curso que estudiaría Harry en Hogwarts. Los lectores empezaron a seguir una trama que sabían que no se alargaría eternamente con el único fin de engrosar la cuenta corriente de la escritora y su editorial.
8- El mundo paralelo de J.K. Rowling
La autora creó un universo paralelo de personajes fantásticos, con unas pautas muy definidas y únicas. El haber mantenido la fidelidad a su mundo mágico y a las primeras reglas que utilizó para idearlo la llevó a que los lectores creyesen realmente en la existencia de esa realidad inventada.
9- La propia autora
La inteligencia, la imaginación y las innumerables horas de dedicación de la autora jugaron un papel fundamental. Perfeccionó, reescribió y volvió a reescribir cada uno de los capítulos hasta quedar satisfecha con su trabajo. Supo encontrar el modo exacto de tejer los entresijos de las historias. Sus vivencias personales y la dureza con la que le toco vivir algunos episodios de su vida la hicieron una persona experimentada en lo complejas que pueden ser las vidas de los jóvenes y lo plasmó punto por punto en sus libros.
10- El factor suerte
A pesar del duro trabajo y el gran esfuerzo de la escritora, la suerte también jugó un papel importante. La novela gustó a las personas adecuadas, en el momento adecuado, que decidieron invertir en el mercado de la novela infantil y juvenil que hasta entonces había estado casi abandonado. La novela era buena, sí, pero el fenómeno que causó que personas que jamás habían leído creasen un hábito de lectura desde 0 no fue solo cuestión de técnica, si no de la fama que creó entre los jóvenes y el público adulto y de la recomendación de unos a otros.